Bowlero Seattle Sur

Redefiniendo el entretenimiento mediante la combinación de bolos, billar, una sala de juegos, el restaurante The Break Room, bar y salón dentro de un ambiente elegante, vanguardista y fresco para no fumadores. Las 30 pistas de última generación de The Alley cuentan con lo último en sistemas automáticos de juego de bolos. Bowlero no se parece a ninguna otra bolera en la que haya estado, ya que cuenta con pantallas de proyección gráfica de mayor tamaño y televisores de plasma de alta definición con un sistema de audio de última generación. Bowlero también cuenta con Seven10, diez pistas privadas que ofrecen un ambiente de bolera lounge de lujo con asientos personalizados tipo sofá y una exclusiva sala de reuniones contigua de 700 pies cuadrados. Para completar su experiencia, disfrute tirando al palo en una de las 7 mesas de billar en Q o poniendo a prueba sus habilidades en cualquiera de los 30 juegos arcade. Sea cual sea la ocasión, Bowlero ofrece emoción para todas las edades.

Lea la opinión de un visitante de la bolera Bowlero en Seattle Southside:
Sabíamos que el lugar estaría lleno una vez que llegáramos porque, después de todo, era sábado por la noche. Jugar a los bolos en Bowlero no se parece a ninguna otra experiencia que yo haya tenido, ya que las pistas están iluminadas en un tono azul interestelar y todas las canciones que suenan tienen sus vídeos musicales que las acompañan justo encima de los bolos. Una vez que jugué a los bolos en Bowlero, ya no pude volver a jugar a los bolos normales del "Tío Buck".

Nos dijeron que tendríamos que esperar una hora. No fue un problema, ya que habíamos planeado ir al bar a comer y beber algo. Nos sentamos en la barra e hicimos nuestros pedidos mientras veíamos a los Mariners enfrentarse a sus rivales de división, los Oakland Athletics, en la pantalla gigante situada detrás de la barra. Sólo habían pasado unos cuarenta y cinco minutos hasta que llamaron a nuestro número y empezó el partido. Una buena partida de bolos revela los verdaderos colores de un hombre o una mujer. La competición era acalorada y nos lo pasamos en grande insultándonos unos a otros mientras pedimos unos sliders y patatas fritas con ajo en el servicio de comida y bebida de la pista.

Cuando el polvo se asentó después de tres partidas, salí victorioso (como mi alter-ego de bolos Jack el Alcantarilla) con una puntuación final de 376. La victoria y los sliders nunca supieron tan bien. Después de devolver nuestros zapatos, un curioso juego en la sala recreativa llamó nuestra atención colectiva. Era un juego de truco con premios caros, como un mando de Playstation 4 y un iPod Nano. También había una versión gigante del clásico juego de la garra con animales de peluche tamaño carnaval. Nos lo pasamos en grande intentando ganar premios tan lujosos, pero nos faltó un pelo cada vez.

Como ves, Bowlero tiene algo para todos los gustos. Lo recomiendo encarecidamente para una noche con amigos y familia. Puedo garantizar que volveré pronto, ya que esa máquina de garras gigantes está llamando mi nombre.